!QUE PARADOJA DEL DESTINO¡
¡Qué paradoja del destino ¡
Porque resulta que es profesor adjunto de una cátedra universitaria en la que dicta la materia “Teoría General del Delito y Sistema de la Pena", pero parece desconocer que un "delito" es una conducta (acción u omisión) típica, antijurídica y culpable.
También parece desconocer lo normado en el Artículo 151 del Código Procesal Penal Pcia. – Ley 11.922 modif. por la Ley 12.405 (Quinta Presidencial de Olivos – Vicente López) cuando menciona que para que proceda una detención debe existir “semiplena prueba o indicios vehementes de la comisión de un delito y motivos bastantes para sospechar que ha participado en su comisión”.
En verdad, aun no entiendo cómo no le han pedido una pericia psiquiátrica a éste “¿Señor?”, que se atreve a querer justificar su accionar humillando y avergonzando a la víctima.
Al final, el que necesita “prontamente asistencia psiquiátrica” no era sólo “el loco de la motosierra”.
No entiendo la postura de cierta parte de la sociedad y de su entorno laboral y profesional que, a sabiendas de su accionar (y no sólo hablo de los golpes, amenazas y manipulaciones de poder, sino también de las infidelidades acreditadas) intentan interponer el principio de la duda para desacreditar a la víctima, argumentando inestabilidad emocional producto de las adicciones padecidas. Increíble.
El moretón en el ojo fue "una cirugía estética", parece que dijo. ¿Se la hicieron en un solo ojo? ¿La cirugía era por etapas?: ¿primero un ojo, después el otro?
Me causa indignación el inválido relato para justificarse. En verdad, si estas argumentaciones son reales se explica de sobremanera el fracaso de su administración. Patético.
Todos vimos la inestabilidad emocional en la que se encontraba la Señora en el reportaje dado. (Aplaudo su accionar: es muy difícil exponer las heridas del alma bajo amenazas contra quien tiene tanto poder). Seguramente que la señora ha tenido que recurrir a alternativas "no sanas" (adicciones) para sobrellevar su vida bajo esas circunstancias de presión, dolor, manipulación, humillación y destrato. No es llamativo caer en una depresión frente a ese contexto. ¿Pero acaso eso justifica los engaños y golpes?
Hasta a Juana La Loca – Reina de Castilla - padeció la impotencia frente a un sistema autoritario y machista. Bien lo dice Gioconda Belli en su libro “El pergamino de la seducción”: "...Cada quién vive sus depresiones de distinta manera y es comprensible que la falta de inhibiciones de Juana para expresar su descontento y su tristeza se interpretara, en una época en que la represión era la norma de conducta, como locura. … una controversia no resuelta en relación a si su conducta era patológica o resultado de la maraña de intrigas en la que se vio envuelta."
No hay duda de la existencia de la semiplena prueba o indicios vehementes. Los chats, que Gracias a DIOS hoy existen y la justicia los admite como elementos probatorios, (de qué otra forma hubiera podido demostrar y/o acreditar algo la Señora) constituyen una prueba contundente. En el intercambio de mensajes jamás fueron negadas las imágenes por el ex mandatario como autor de los golpes imputados.
Testigos parece que hay muchos … y de las infidelidades ni hablar.
Por tanto: estamos frente a una conducta, (accionar) típica, (tipificada en la ley: golpes entre otras acciones) antijurídica (contraria a normas penales) y culpable (falta de negación ante la imputación).
Es decir, estamos frente a un DELITO.
Me resulta inverosímil escuchar y leer argumentos de muchos sosteniendo la frase "lo tendrá que probar". La SORORIDAD murió en un colectivo feminista imaginario.
Sin duda, en ésta sociedad que se mueve al ritmo de estereotipos patriarcales, los rasgos y comportamientos de cada persona generan un pre-juicio sobre ellas.
Así, todas esas mujeres con carácter, personalidad y no manipulables generan en el mundo machista camuflado, (como en las mujeres colonizadas y con cierto sesgo de fracaso y resentimiento), un sentimiento que conlleva a etiquetarlas fácilmente como "locas", "agresivas", "violentas" o, lo que los ubica mejor "les hace falta una … grande" o "no están bien atendidas". Y, en aquellos casos que esas mujeres con identidad propias decidan demostrar sus encantos, ya sea por su vestir, cordialidad o predisposición, el catálogo anterior se amplia a "gata", "zorra", "fulana" "p..." entre otras.
En los hombre, por el contrario, en el "juego" de las infidelidades el "machismo" se enarbola como el elemento de la masculinidad en su máxima expresión; cuántas más mujeres, jóvenes y bonitas, (claro está) pululando alrededor, la admiración de los amigos "servidores oportunistas" se convierte en el ingrediente principal del ego menoscabado.
Y en ese contexto, no digo todos, pero hay muchos que, además del machirulismo, necesitan encandilar, deslumbrar, fascinar y hechizar con su comportamiento hacia el afuera. Necesitan de esa admiración y complacencia, conquistando y demostrando al otro/a lo buena y honrosa gente que son: dignos, decorosos, deseosos, respetables, íntegros y bla bla bla. Lo necesitan ellos para acrecentar su propio ego. Pero en verdad son el diablo en persona. Tienen un teje y maneje de los procederes y circunstancias (y mucho mas con poder) que atreverse a poner en duda su integridad solo repercute como un búmeran aniquilador y demoledor para la víctima.
Entonces, comienza el circo de los silencios, la negación, los olvidos, la ceguera intencionada y la amnesia conveniente de todo aquel que gira alrededor de las circunstancias.
No entiendo a ésta sociedad y mucho menos a su entorno que se vanagloria de argumentos en defensa de los “Derechos de la Mujer” y hoy se esfuman sigilosos en un silencio sin sentido.
El instrumento primordial para la política es la palabra y los silencios operan como estrategia en el entramado político. Si lo que prima es el silencio: ¿cuán terrible es lo que no están haciendo o no están diciendo?
No es un tema para aplacar bajo el manto del olvido o el mutismo, ni especular ante el amparo de un "delito de acción privada", motivo por el cual la política no debería interferir.
Entre el sujeto público y el sujeto privado se entablen relaciones jurídicas de derecho público, regidas por la justicia distributiva; por tanto su comportamiento no puede quedar al margen de un conocimiento público y un juzgamiento judicial que sepulte toda posibilidad de impunidad política.
El engaño social por su falta de ética, dignidad, honradez y decoro no habilita el encubrimiento de un delito privado.
“Estamos en shock”. Salgamos rápido de él y actuemos en consecuencia.
A TODOS los que tuvieron conocimiento de estos hechos aberrantes y nada hicieron (sin duda por conveniencia: “había que ser leal al jefe por más que te mataran”) corresponde inhabilitarlos de por vida para ejercer cargos públicos.
Esto no es una cuestión partidaria ni política. Es una cuestión de sororidad y verdadera defensa de los derechos de las mujeres, cómo mujeres y personas.
Dejemos tranquila a la victima y, a través de la justicia, vayamos por el único y mas espeluznante villano, no dándole lugar a la impunidad política.
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