FUTBOL/POLITICA= POLITICA/FUTBOL
Finalizado el partido que nos coloca como finalistas de una copa Mundial, el comentario de un colega amigo, muy querido, y que sabe mucho de “fubol” (como el mismo lo escribe) y de política, me hace reflexionar sobre lo mencionado y el contexto. Obviamente que lo hablado quedará por siempre entre nosotros. Pero debo reconocer que ese “qué pasaría si…” me hizo pensar.
El futbol y la política siempre han ido de la mano y cuestionado por
infinidad de factores.
En muchas familias se plantea el ritual obligado de no hablar de futbol y/o
política para evitar controversias, enojos y peleas.
Partiendo de esa “imposición” familiar (otra más y van…), la colectividad toda
no puede mantenerse al margen, por ende ambas actividades, tanto la futbolística
(que no es lo mismo que deportiva) y la política, se complementen a la
perfección.
El nexo entre la política y el
deporte se remonta al siglo XIX. Muchos doctrinarios entienden que comenzó con
los Juegos Olímpicos de 1896 para neutralizar el auge de los movimientos
insurrectos de la clase obrera. La revolución industrial comenzaba a desafiar
la estructura de privilegios.
Otros asignan el resurgimiento en
los Juegos de 1936 de la mano del ministro de Ilustración Pública y Propaganda de
Adolf Hitler, con la intención de mostrar al mundo el poderío de su imperio,
previo a la Segunda Guerra Mundial.
En el caso particular del futbol,
que para algunos es un juego y para otros una forma de vida, sin duda ha evolucionado
de forma paralela a la sociedad de masas y al desarrollo de la civilización.
Los empresarios han descubierto en
el fútbol un nuevo producto de mercado. Según Jean François Nys[i]
desde la macroeconomía el fútbol responde a intereses económicos
internacionales y la FIFA actúa como multinacional con intereses planetarios.
Este organismo mueve más dinero que la General Motors y tiene repercusión
mundial. Nys considera desde la microeconomía, que un club busca su proyección
internacional. Todo se favorece por el rápido desarrollo internacional del
fútbol, la conquista de nuevos espacios al aumentar los participantes y su
crecimiento con grandes eventos.
Los mundiales de futbol son sin
duda, mercados productivos para las empresas que invierten dinero en busca de
un interés económico que nada tiene que ver con los valores deportivos y sociales.
Todos conocemos merchandising, marcas
patrocinadoras y grandes multinacionales que se publicitan gracias a jugadores
de futbol; y también infinidad de denuncias contra equipos y/o clubes que actúan
en paraísos fiscales, para desviar o desconocer la cantidad de dinero que mueven.
Obviamente que los medios de difusión
tienen especial relevancia dentro de éste… “deporte?” o “negocio?”. En primer
lugar porque en ocasiones le otorgan mayor relevancia mediática a la información
deportiva que la política; y en otras, porque el consumo masivo de información
deportiva provoca una clara desinformación de cualquier otro aspecto.
Nadie olvida las circunstancias políticas
y sociales de aquel Mundial ´78 en nuestro país. Si, justamente, hay una
sociedad que no puede obviar o desconocer los intereses políticos encubiertos
de un mundial, seguramente somos nosotros que vivimos de cerca la manipulación de
la ideología a través del discurso de los medios.
Existen infinidad de situaciones
que muestran la utilización del futbol en política. Silvio Berlusconi, pasó de
la presidencia del AC Milán a Presidente del Gobierno de Italia. Por su imperio
mediático y poderío económico alcanzó el poder político. Ejemplo rotundo de que
una operación mediática puede envolver a la sociedad actual y usar el fútbol
como uno de sus agentes.
Nosotros tuvimos un ejemplo
similar y no hace mucho tiempo…
Podría seguir buscando
información, reflexionar y canalizarla en el escrito. Material hay de sobra.
Pero el objetivo es ese “qué pasaría
si…” del principio.
Qué pasaría si el futbol nos permitiera achicar diferencias, disminuir la
grieta y formarnos como Nación unida.
Sin duda el fútbol representa una
manifestación pública de valores sociales. La unión de un pueblo a través del
equipo puede transmutarse en el concepto equipo-nación. Ese concepto que ha
dado lugar a tantas reivindicaciones nacionalistas, resistidas por intereses
económicos y políticos (ejemplo es la Selección de Argelia en su independencia
de Francia).
Utópico lo mío…?
Hoy fuimos TODOS felices viendo jugar y ganar a una selección que nos representa.
Obviamos ideologías, corrientes o pensamientos. Nos alegramos y abrazamos con
el otro sin importar su forma de pensar o a quién votaría. Sufrimos, gritamos y
nos ilusionamos juntos… como Nación, como República.
Los emperadores romanos hablaban
de pan y circo y aún hoy ocurre algo parecido. El fútbol es un agente de la
sociedad de masas. El objetivo es que la gente no tenga tiempo para reflexionar
sobre los acontecimientos de actualidad. Se oculta o tergiversa la realidad con
ayuda de los medios de comunicación y un ciudadano se encuentra ante sí con una
realidad construida por los medios.
Hoy la pelota la usan los medios a su antojo.
Unos para tapar la inflación, otros la causa Vialidad, otros el “¿Qué mira, bobo? Andá pa allá" y otros…. Y así
seguimos… haciendo el caldo sabroso a los grandes intereses económicos que
logran destruir una posible sociedad plural con valores éticos de solidaridad, compañerismo e
igualdad de condiciones para todos.
Qué pasaría si nos miramos como Nación, cómo pueblo escuchando al otro,
debatiendo y reflexionando juntos. Como equipo. Con la misma camiseta, y pateando
todos para el mismo arco?
Seguramente arruinaríamos ese caldo sabroso y tan productivo para algunos pocos.
“La pelota no se mancha” diría El Diego.
[i][i]
Nys, Jean François: Una apuesta económica en Segurola, Santiago et al: Fútbol y
pasiones políticas. Madrid 1999.
· Fútbol y manipulación social Santiago Flores Álvarez-Ossorio Periodista y filólogo alemán
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